domingo, 7 de junio de 2009

Camino Libre: ¡CENICIENTA ESTÁ EN MI CAMA!



¡CENICIENTA ESTÁ EN MI CAMA!

En medio de Bella y la Bella Durmiente… ¿Cómo diablos llegaron ahí? ¿Acaso me convertí en Shane, viajé a Disneyland, ejercí mi encanto irresistible y logré seducirlas?

JA-JA!

Verán: mis talentos no llegan a tanto. Las Princesas Disney están adornando una toalla de baño que me fue obsequiada por motivo de mi cumpleaños, detalle que agradecí, por supuesto, pero me hizo preguntarme: ¿qué demonios estaba pensando esa persona?

Por alguna razón, no tengo muy buena suerte en cuanto a presentes se trata. La gente cree que me conoce lo suficiente como para obsequiarme algo que me guste… pero generalmente no es así. Peor aún ha sido cuando alguien me regala algo por compromiso, no importando si me es útil o no. Ejemplo: hace dos años, cuando portaba el pelo más corto de lo que lo he traído jamás, la mamá de una amiga se presentó a mi fiesta de cumpleaños… con una linda diadema tejida. Se la heredé en vida a mi novia esa misma noche.

Hace algunos años, en un intercambio orquestado en honor al Día del amor y la amistad, me sentí muy feliz cuando mi mejor amiga de todos los tiempos anunció, radiante, que le había tocado darme a mí. Me sorprendí mucho, nunca había sucedido antes que yo le tocara a alguien que me fuera tan especial (y viceversa). Me entregó el obsequio, nos abrazamos, la emoción me consumía, abrí el regalo y… ¿uh? Era un libro titulado Cuentos lésbicos. Como era lo esperado, se lo mostré al resto de nuestros amigos, quienes seguramente se extrañaron tanto como yo, pero lo disimularon menos. En aquel momento ya estaba fuera del clóset con todos ellos, pero… ¿ése libro?

Mi amiga notó el clima de desconcierto. Esbozó una sonrisa de disculpa y explicó: “eh… bueno, yo… quise regalarle ese libro porque me pareció adecuado… no porque quisiera remarcar que es lesbiana”. Cejas levantadas y movimientos afirmativos de cabeza por todos lados intentaron expresar un “por supuesto”. Yo hice lo propio, si bien aún sigo a la caza de la obra titulada Cuentos bugas (en algún lado debe haberla), para regalársela a mi amiga sin pretender, claro está, remarcar con ello que es heterosexual…

La mala fortuna con la literatura no acabó ahí. Al siguiente año, uno de mis mejores amigos tuvo a bien obsequiarme no sólo uno, sino dos libros de ficción sádico-masoquista… Me pregunté si mi novia le habría filtrado información sobre mi afición por los trajes de cuero, las cadenas y los látigos, instrumentos que saco del armario en luna llena para deleite de mis esclavos, hombres y mujeres, a quienes mantengo encerrados en el ático en tanto pretendo llevar una vida de maestra de kinder

En honor a la verdad, he decidido hacer la Lista de los regalos perfectos, esperando que un viento cibernético la haga volar hasta los blogs de mis amigos y puedan enterarse, por fin, de qué presente me hará sonreír de veras. He aquí mi top-ten:

  1. Tegan Quin (no sé cómo harán para conseguirla, pero para ayudarlos un poquito les diré que está con Sara en Los Ángeles justo ahora produciendo su nuevo disco)
  2. Katherine Moennig
  3. Un cachorrito, no importa raza ni si es “fino” o no
  4. The Con,, el disco edición especial con DVD de Tegan and Sara
  5. El libro Punto y aparte, de Susana Guzner
  6. Las temporadas uno a seis de The L Word originales, evidentemente
  7. Una dotación por un año de palomitas de maíz para micro-ondas
  8. Un tour por Europa
  9. Un tour por Canadá
  10. Tegan Quin (para que no digan que no sabían)

Pueden elegir uno sólo… o la lista completa ;)

Un saludo y nos vemos en la próxima J

PD: Mil gracias a las chicas que han dejado sus comentarios. Para dudas, quejas y/o debrayes, pueden escribirme a: logan.aird@yahoo.com.mx Un beso a todas!

1 comentario:

paulina dijo...

Hey, Tegan and Sara Quin son geniales, amo todas sus canciones, son geniales y las tengo todas, por supuesto.
Un saludo a todas las chicas universitarias.
Arriba la UNIVERSIDAD!!!!
Arriba el GLU!!!!

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