POR: LOGAN
Titulada en español Sueños, misterios y secretos (gracias a la brillantez de nuestros creativos mexicanos), Mulholland Drive se ha convertido en una película de culto, sobre todo para los seguidores de su director, David Lynch, quien nos ha obsequiado con otras impresionantes cintas como Terciopelo Azul y El hombre elefante. Definir en torno a quien gira realmente el argumento es complicado, pues la historia se inicia con una serie de eventos que llevan al encuentro y amistad de dos mujeres, para después romper la dinámica e insertar un relato aparentemente diferente. Vayamos por partes.
La escena se repite una y otra y otra vez… ah, no, ejem… es sólo mi reproductor de DVD que actúa de forma extraña cuando veo esta cinta… Eh… sí, la trama continúa (cof! cof!), y de pronto nos encontramos escuchando la potente voz de la cantante Rebekah del Río, que todo lo inunda al interior del Club Silencio, a donde ellas se han dirigido a petición de Rita.
A partir de este momento, las secuencias nos llevan a un mundo nuevo y completamente diferente. Rita de pronto aparece como una actriz deseada y admirada por todos, inmersa en el glamour propio de la farándula hollywoodense. Su nombre ahora es Camilla, y Betty se convierte en Diane. ¿Es esto un sueño? ¿Lo fue la trama anterior?
La manera en que Lynch estructura su narrativa se presenta de manera no-lineal, es decir, mostrará escenas que se suceden sin tener una relación estrictamente cronológica y tampoco se tomará la molestia de prevenirnos sobre si se trata de ficción o realidad, dentro de la historia misma. Así pues, el papel del espectador en la construcción del argumento se torna activa: es preciso analizar el filme para tratar de entender cuál es la relación verdadera entre las partes mostradas, así como la historia de los protagonistas. En la edición en DVD, la película incluye diez pistas escritas por el mismo Lynch para orientar al público en la búsqueda de la verdad.
Si clasificáramos a Mulholland Drive como una película lésbica, probablemente cometeríamos un error. La cinta va mucho más allá que eso. Es una propuesta que se aparta por completo de lo que estamos acostumbrados a ver en el cine comercial. Mejor aún: en el cine lésbico. Veremos, sí, una trama empapada de las tensiones que pueden suscitarse entre un vínculo femenino, con el añadido de que los elementos que rodean a esta pareja jugarán con nosotros, con nuestra lógica e interpretación. Por tanto, y en honor a la verdad, si ustedes tienden más a sentarse y dejarse llevar dulcemente por las manos del entretenimiento, entonces busquen en YouTube la escena que les comenté y pásenla bien. Pero si les gustan los retos, los misterios que giran en torno a la profunda psique de la mujer, entonces definitivamente tienen que verla para entrar al juego de David Lynch.
(Disponible en el catálogo del GLU)
JUST FOR THE RECORD:
• Mulholland Drive fue concebida, inicialmente, como una serie de televisión. Incluso se filmó el programa piloto y fue sometido a la consideración de la cadena ABC para su transmisión (David Lynch había previamente trabajado en la serie Twin Peaks como productor). Sin embargo, el ritmo en que se desarrollaba la historia era “muy lento” para la televisora y consideraban a las actrices protagónicas (Watts y Harring) como “demasiado viejas”. Lynch reestructuró el guión, agregó la historia romántica y decidió realizarlo para el medio cinematográfico.
• Laura Elena Harring ostenta un título real (Condesa de Bismarck-Schönhausen), pues estuvo casada por dos años con el conde alemán Carl-Eduard von Bismarck- Schönhausen. Si embargo, su divorcio (que data de 1989) no ha impedido que se mantengan en contacto como buenos amigos.
• Naomi Watts nació en Inglaterra pero se crió en Australia, razón por la que se le atribuye dicha nacionalidad. Antes de ser rica y famosa, trabajó como niñera para Nicole Kidman y su entonces esposo Tom Cruise. Nicole y ella han sido amigas desde que eran adolescentes.
• El dicho de “ni en su casa la conocen” aplica perfectamente a Laura, pues pocas personas saben que es mexicana e incluso en su natal Los Mochis, Sinaloa, ni siquiera saben que existe.
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