sábado, 4 de julio de 2009

MI PRIMERA VEZ…



En la Marcha del Orgullo LGBT, al menos. Después de que por diversas causas no había podido asistir a tan memorable suceso, este año sí tuve la oportunidad. He aquí una breve crónica de lo sucedido:

20 de junio de 2009, 6.55 am

Mi celular emite las alegres primeras notas de Don’t feel like dancing (Scissor Sisters). Desactivo la alarma, tomaré cinco minutos más.

7.00 am

Mi tiempo de gracia ha terminado. Con los ojos aún cerrados, me coloco bajo el agua caliente de la ducha. En algún momento de mi vida desarrollé la extraordinaria capacidad de seguir durmiendo aún tras haber iniciado las primeras acciones del día. Así pues, me enjabono mientras sueño que dirijo una nueva versión de los X-Men, donde Megan Fox interpreta a Rogue (Titania). Ahh… qué linda es la vida…

8.30 am

Ya despierta, he terminado de arreglarme y tomar el desayuno. Me despido de mi madre y hermana. Aquélla, al verme salir, expresa:

- ¡No te lleves esa chamarra!
- ¡¿Porqué?!
- No sea que te encuentres por ahí a tu tío Emi, ¡y te la quiera quitar!

Acto seguido, se deshace en carcajadas. La chamarra que elegí es la adoración de dicho tío, gay, por supuesto, quien pasó toda una tarde tratando de convencerme de que se la cambiara por una suya. No resultó y, si me descuido, hoy podría arrebatármela en medio del tumulto de la marcha…

10 am

Llego a la Glorieta de Insurgentes. La cantidad de miembros del colectivo que ya está adornando el sitio es sorprendente. Bastante respetable para un sábado por la mañana. Me siento frente al busto que funge como punto de reunión para la cita del GLU. Los chicos de UDIVERSIDAD han tendido ahí su manta y conversan alegres. Un muchacho y su amiga me observan. La chica sonríe y yo hago lo mismo, no sé si me ha sonreído a mí, pero ¡qué más da! Aguardo pacientemente a las compañeras mientras escucho Lift me up (Moby). La primera en llegar es la jefa, por supuesto.

11 am

El GLU se ha ido engrosando y cada vez llega más gente. El día está un poco extraño: nublado, sopla viento frío, pero de cuando en cuando se asoma el sol. Me pregunto si terminaré arrepintiéndome de vestir manga larga cuando, de pronto, me saluda una amiga que creí tal vez no se presentaría. Ella viene con los chicos de UDIVERSIDAD. Alegres, conversamos un rato mientras nuestros respectivos contingentes se alistan para salir.

12 del mediodía

¡¡POR FIN EMPEZAMOS A CAMINAR HACIA EL ÁNGEL DE LA INDEPENDENCIA!!
Dejamos la Glorieta, entramos a Génova, la gente empieza a amontonarse cada vez más. Puestos y más puestos de souvenirs salen a nuestro paso; banderas, corbatas, collares de carnaval, pulseras y playeras rainbow, además de antifaces, orejas de conejita, lentes, etc. ¡Nunca creí que la marcha se prestara para tanto merchandising¡ Pero claro: los comerciantes son los comerciantes y tiene que hacer su agosto a como dé lugar. Conforme nos vamos acercando al paseo de la Reforma, me deslumbro cada vez más con la cantidad de personas y la variedad de personajes ahí reunidos. Representantes de librerías, bares, paseos gays y demás servicios se encuentran ahí para repartir folletos, botones, souvenirs, etc. Encuentro dos que tres carros alegóricos, tal y como lo imaginé, la música electrónica está inundando el ambiente. Mi cuerpo empieza a moverse y mi ánimo crece a cada segundo: ¡¡hace tanto tiempo que ando en busca de mi feminidad perdida y éste parece ser el lugar perfecto para encontrarla!! Un chico con tacones más altos que yo pasa a mi lado para confirmarlo.

Ya en el Ángel, un tipo, que alguna potestad debe de tener, da inicio formalmente a la XXXI Marcha LGBT y los ánimos explotan en un sinnúmero de papelitos de colores que son lanzados al aire. La gente enloquece, se vuelve una sola: centra su energía en iniciar el recorrido y allá vamos: ¡hacia la conquista del Zócalo!

1.0 pm

Los chicos de UDIVERSIDAD son los más prendidos. No paran de ondear la bandera azul y oro de nuestra querida UNAM. Gritan consignas ingeniosas: nuestro contingente hace lo propio. Los chicos del CCH Azcapotzalco marchan atrás de nosotras: le pregunto a dos de ellos dónde están los del resto de los planteles. Se encogen de hombros, no tienen idea de si se han presentado pero ellos están aquí, que es lo que importa. Los contingentes que derivamos de la UNAM marchamos en conjunto con IPN, UACM, UAM, entre otras universidades que forman los CUDS: Colectivos Universitarios por la Diversidad Sexual. No tenía ni la menor idea de que existían, me siento contenta, maravillada de que la organización de los estudiantes sea efectiva a esos niveles.

1.30 pm

Cada Goya que gritamos aviva mi espíritu. A nuestro paso nos topamos con numerosos camarógrafos y fotógrafos. Las chicas del GLU que llevan la manta caminan orgullosas, claman consignas, bromean, ríen, posan para la foto de una, dos, tres y más personas que saben que no habrán documentado el día correctamente si no capturan una imagen del Grupo Lésbico Universitario.

2.00 pm

Entramos a una calle que, para mi sorpresa, agrupa mucho más público que las anteriores. Me vuelvo hacia la primerísima primera dama del GLU y le pregunto dónde estamos. Con gran cortesía y suma eficacia, me responde: “es la calle Juárez: más adelante está la Alameda”… Miro con detenimiento… “¡Oh, claro, por supuesto!” Hombres, mujeres, niños, perros, policías y demás nos miran desde la acera. ¡Empiezo a sentirme VIP! La gente se muestra divertida al escuchar consignas como: ¡Felipe, escucha: tu esposa está con Lucha! Más y más cámaras, más y más personas, más y más goyas. Veo a mucha gente agitar el brazo a la par que lo hacemos nosotros. Al llegar al eje 8 y Madero, el tránsito se detiene un poco ante la falta de espacio: los que formamos parte de la UNAM nos encontramos tan cerca unos de otros, que las porras se unifican y resuenan para nuestro ánimo y el de los concurrentes. Miro hacia arriba: una bandera con los colores del arco iris se agita sobre mi cabeza, mientras escucho a cientos de personas unir sus voces al gritar ¡Goya, Goya, cachún-cachún, ra-ra, cachún-cachún, ra-ra, Goya, UNIVERSIDAD! Me siento feliz.

2.30 pm

Mis ojos tratan de acostumbrarse a todo el ajetreo que tienen enfrente: el Zócalo capitalino sirve de sustento para la alegre comunidad LGBT que poco a poco empieza a inundarlo. Un animador que da cuenta de los contingentes que hacen su llegada, repara en que es el momento de la UNAM y nos saluda. Las chicas del GLU alzan la manta y él nos anuncia: ¡Bienvenidas chicas del Grupo Lésbico Universitario! Las chicas saltan de emoción, aplaudimos y organizamos otra Goya (son adictivas: una Goya nunca está de más). Nos internamos en la plancha del zócalo con el afán de hacer espacio para los contingentes que siguen arribando. Miro a mi alrededor: lo logramos. Lo logré. Y, por suerte, el tío Emi no apareció para hacer de las suyas. Todo el mundo está de fiesta: hemos llegado a la meta, pero la celebración apenas acaba de comenzar…

In memoriam: O.U.P

Amigo: ¡Lo mucho que te hubiera gustado estar ahí!
Me engañó mi mente al verte dos veces entre la concurrencia;
si algún día volvemos a tener la oportunidad, seré feliz de mostrarte
la Ciudad de México ¡e incluso de traerte a la marcha!
Te queremos.
Te extrañamos…


LV


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