jueves, 2 de abril de 2009

Camino Libre: La última palabra


La última palabra

El pasado 8 de marzo del presente año, se transmitió el capítulo final de la serie The L Word, en la unión americana. La trascendencia de dicho programa abarca distintos niveles: constituyó una base de identificación de la diversidad dentro de la diversidad, fungió como un factor de visibilidad para la comunidad y, de paso, brindó algunos momentos de entretenimiento y diversión a la comunidad (muy bien merecidos, ¡por supuesto!). Los comunicadores estadounidenses, siempre muy atentos a lo que sucede en el ambiente televisivo, han dedicado parte de su tiempo a analizar los remanentes que deja TLW en el medio, y a preguntarse qué sensaciones han quedado en el público que le fue fiel durante el tiempo en que se transmitió.

La estación National Public Radio (Radio Pública Nacional) realizó un programa especial el 9 de marzo llamado La última palabra sobre La Palabra con L, el cual contó con la participación de Sara Warn, fundadora y editora de Afterellen.com, sitio de Internet dedicado al análisis de la representación de lesbianas, bisexuales y transexuales tanto dentro como fuera de los E.U.A. (breviario cultural: si no han visitado esta página, ¡no esperen más! Realizan un seguimiento exhaustivo no sólo del cine y la televisión, sino también de la literatura lésbica y cuentan con video-blogs de muy buena calidad, e incluso cómicos, como el de Liz Feldman titulado This just out: ampliamente recomendado como excusa para practicar el inglés con algo interesante). Sara señaló que, de acuerdo a la correspondencia que recibe de sus lectoras, una gran parte de ellas se sintió animada por TLW para salir del clóset en su entorno inmediato; con la familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. Algunas mujeres incluso consideran que TLW les ayudó a descubrir que no es malo ser lesbiana, trans o bisexual, por el contrario, gracias a la serie han logrado un nivel de auto-aceptación importante, en el que se sienten bien por ser quienes son.

De acuerdo a Warn, la importancia de TLW radica en haber sido un coadyuvante a la visibilidad de la comunidad lésbica: la televisión es una especie de campo de batalla donde, como sociedad, intercambiamos historias… para nosotras, el no ser representadas en dichas historias implica que se nos catalogue como algo invisible.

No puede considerarse, sin embargo, a TLW como el sueño dorado de la representación lésbica. Una radioescucha llamó durante la emisión para quejarse de la escasa presencia de la lesbiana butch (o masculina) a lo largo de las seis temporadas del programa: fueron muy pocas, y con papeles incidentales o de poca relevancia… si TLW pretendía realmente ser inclusivo, debieron dar más peso a este sector de la comunidad.

Otro punto importante abordado en el programa fue el descontento ante la manera en que se desarrolló la sexta temporada. Fue un tono totalmente detectivesco, afirmó Warn, todo giró en torno a un asesinato. Si hiciéramos una analogía con alguna otra serie, encontraríamos que lo que los escritores hicieron con TLW en su última temporada equivaldría a que en Grey’s Anatomy dejaran de lado las historias médicas y toda la trama se concentrara en el intento de descubrir quién mató al doctor McDreamy.


Independientemente de lo (in)satisfechas que nos haya dejado el final de una de nuestras series favoritas de los últimos años, cabe preguntarse: ¿qué se espera de la televisión ahora que no habrá más The L Word?

Con afán de ser optimista, la representación del estilo de vida lésbico, bisexual y transexual no puede menos que mejorar. Si bien es cierto que TLW incurrió en estereotipos, presentó situaciones evidentemente forzadas (entre ellas la muerte de Dana) y dejó de lado situaciones planteadas desde el inicio (como la bisexualidad de Alice), también lo es el hecho de que se atrevió a arriesgar, a mostrar vivencias, sueños, miedos y experiencias que como mujeres diversas enfrentamos y que antes sólo podían apreciarse en realizaciones cinematográficas. Las series que vengan detrás, deben ser más abiertas, más incluyentes y, por supuesto, un tanto más realistas… aunque, claro, ver mujeres tipo Carmen a nadie le cae tan mal, ¿cierto?

Ustedes, ¿qué opinan?

Nota: ¿Aún no han visto la sexta temporada de TLW? Personas amabilísimas nos han hecho el favor de subirla completa a YouTube: no dejen pasar más tiempo ;)

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